29/01/23

La palabra del año 2022 es "inteligencia artificial" y es UNA palabra

Inteligencia artificial

 

Todos los años, la Fundación del Español Urgente, en la que participan tanto la Agencia EFE como la Real Academia Española, eligen un término como palabra o expresión del año por su presencia en los medios o la sociedad. No es la primera vez que se eligen términos relacionados con el ámbito tecnológico: la palabra del año de 2013 fue selfi y la de 2019, "emojis". 

Un artículo de Manuel Morales, publicado en El País el 29 de diciembre de 2022 (día en que se hizo pública la elección de la palabra), se titula La palabra del año son dos: inteligencia artificial según la FundéuRAE. En esta entrada no me voy a centrar en la falta de una coma después de la palabra "artificial" (que creo que no perjudicaría la concisión del titular), sino en otro elemento erróneo de este titular: "inteligencia artificial" no son dos palabras, es una. 

¿Cómo? No, aunque sea de letras, sí que sé contar. Y sé bien que el término se compone de dos unidades, "inteligencia" y "artificial", pero de la misma manera en que "compraventa" se compone de "compra" y "venta" o, para buscar un ejemplo que incluya un adjetivo, "cortometraje" incluye el adjetivo "corto" y el sustantivo "metraje". La única diferencia entre "cortometraje" e "inteligencia artificial" es que, en el primer caso, los dos términos se han fusionado y en el segundo no. Ambos son palabras creadas por composición.

La composición es un procedimiento de creación neológica muy productivo en nuestra lengua. Las palabras compuestas son fruto de la fusión de dos elementos diferentes y reconocibles. El resultado de esta unión puede ser una unidad léxica simple, en que los dos componentes se fusionan (como, por ejemplo, "autostop") o bien unidades léxicas complejas, en que, al revés, los términos no se fusionan, como "inteligencia artificial".

¿Cómo podemos saber si nos encontramos ante una palabra compuesta o si simplemente se trata de dos palabras que están una al lado de la otra? Gloria Guerrero lo explica muy bien: "[las unidades léxicas complejas] no se distinguen de los sintagmas habituales si no es por el hecho de que designan una realidad precisa, eventualmente nueva o desprovista de significación hasta el momento" [1]. Con uno de los ejemplos que aporta se entenderá muy bien: "cinturón de seguridad" (que algunos podrían alegar que son tres palabras). Al usar ese término aludimos específicamente al sistema de retención que está presente en los coches u otros vehículos y no a un simple cinturón como el que se usa para sujetar el pantalón. 

"Inteligencia artificial" es así una lexía compleja, es decir, UNA palabra compuesta. Cuando hablamos de "inteligencia artificial" no nos referimos a la facultad humana de entender, comprender, resolver problemas, etc., sino, citando el diccionario de la RAE (¡que incorporó la palabra en 1992!) a la "disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico". 

Termino esta entrada con una previsión. En el mismo artículo de El País que inspiró esta entrada se mencionan algunos de los avances en el ámbito de la inteligencia artificial que están dando que hablar en los últimos tiempos, como el ChatGPT, un chatbot lanzado a finales de noviembre de 2022, especializado en el diálogo y que destaca por la precisión y autenticidad de sus respuestas. No mencionaré ahora mismo mis opiniones sobre su impacto en el ámbito educativo (que están generando gran revuelo mediático). Quiero citar un fragmento del artículo de Manuel Morales sobre este chatbot: 

Sobre ChatGPT, Gómez-Pérez añade: 'Es una inteligencia artificial de tipo conversacional avanzado y fácil de utilizar, que se ha proporcionado gratuitamente, por ahora, para que cualquier persona pueda conversar con ella en varios idiomas' [...] (párrafo 7). 

Nótese que la entrevistada, Asunción Gómez-Pérez, define este chatbot como "una inteligencia artificial". En este contexto, "inteligencia artificial" no se está utilizando en el sentido de "disciplina científica", como en la definición de la RAE, sino como una aplicación, programa o prototipo informático. Es posible que esta acepción se incorpore también al diccionario en los próximos años. De momento, la elección del término como Palabra del Año y estos nuevos usos son un reflejo de la vitalidad del idioma español, incluso en ámbito tecnológico.


[1] Guerrero Ramos, G. (2010). Neologismos en el español actual (3.ª ed.). Arco/Libros. La cita procede de la página 32. 

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