Esta mañana he leído un artículo de mi director de tesis, Ricard Morant Marco, publicado recientemente en la revista Bulletin Hispanique, estudia un tipo de textos totalmente inexplorado: los dorsales de los corredores que, en algunas carreras, los corredores pueden personalizar.
Analizar ese tipo de textos tiene varios desafíos: son textos efímeros (solo durante la carrera), muy breves (los que estudia Morant tenían un máximo de 10 caracteres) y móviles (se leen mientras el corredor se mueve).
El análisis de estos textos muy cortos me ha recordado los condicionantes pragmáticos que pueden influir en la lectura e interpretación de otros textos breves, los mensajes que se incluyen en el estado de WhatsApp. ¿Alguna vez has leído el estado de WhatsApp de algún contacto sin entender absolutamente nada? O, al revés, ¿alguna vez has conseguido entender a lo que realmente alude un estado por conocer de cerca al contacto? O incluso, al escribir tu estado ¿has incluido alguna alusión que pocos contactos selectos pueden conocer?
Al igual que los dorsales, "descifrar la motivación no resulta sencillo ya que nosotros, como receptores, no podemos conocer las intenciones a menos que nos las expliciten" (Morant, 2021, p. 107). Al margen de los dorsales que se limitaban a reproducir el nombre de la persona, Morant encontró dorsales con refranes, citas de películas, vocablos y expresiones motivadoras y notas de humor, elementos que encontramos también en algunos estados.
Es más, como los estados, a veces el destinatario del mismo no es cualquier espectador (o, en el caso de WhatsApp, cualquier contacto), sino que se puede dirigir a otros, como cuando se encuentran expresiones de afecto hacia otras personas. Como en las carreras, los usuarios que escriben su estado de WhatsApp (y extendería a todo lo que se publica en las redes) desconocen exactamente quién lo leerá.
Considero el de los estados de WhatsApp un tema de estudio fascinante, que combina temas como la identidad, la construcción de la audiencia, la pragmática del receptor y también el lenguaje visual (porque ya observé en algunos trabajos que muchos estados tienen emojis). De momento, aconsejo la lectura del texto de Morant, un trabajo tan ameno como original.
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