Hace unas semanas leí un artículo de investigación de dos jóvenes investigadores de la Universidad de Bangalore (India) sobre un fenómeno digital que desconocía, el de los "antimemes". Se trata de parodias de memes reconocidos desprovistas de todo humor. Es decir, para parodiar un meme humorístico, se elimina el mecanismo de humor.
Me parece un fenómeno muy interesante, sobre todo porque desvela (desactivando) los mecanismos humorísticos de los memes. El artículo es en inglés, pero encontré algunos antimemes también en español. Uno de los que más me gusta es el siguiente:
Es curioso porque parece un meme tanto por la plantilla (imagen con un texto) como por el género (los memes que invitan a identificarse), pero ¡el pie de foto y la imagen se corresponden literalmente! No hay humor.
También me parece curioso que se pongan de relieve los mecanismos de creación de los memes, que, en ocasiones, se sirven de plantillas que se modifican. Es indicativo de un alto grado de alfabetización "memética" por parte de las personas que los crean y aprecian.
Los autores del trabajo sobre este fenómeno lo consideran una manera de renovar el género del meme y una expresión de subversión ante un género que pierde fuerza humorística por su excesiva longevidad.
Personalmente, los memes me gustan y les veo todavía mucha vida por delante, pero me gusta pensar que se puedan explotar los antimemes para resaltar algunos estereotipos o prejuicios sociales que están a la base de muchos memes. Por ejemplo, en los típicos grupos de WhatsApp entre hombres (descritos elocuentemente por Alberto Torres), en los que abundan tetas, culos y homofobia, no estaría mal publicar algún antimeme para concienciar sobre los que, disfrazado de lo que Alberto denomina "pegamento social", es en realidad un insulto hacia otros colectivos.
¿Te animas a hacer menos misógino el siguiente meme?
